La noche del Viernes de Dolores los timbales anuncian la presencia en las calles de la imagen de la Virgen de las Angustias, acompañada por su Hermandad. Camina sobre el hombro de sus portadores, que la acercan a los siete puntos donde será recibida por unas emocionadas “albades” y la oración de sus clavarios.
Las procesiones siempre acaban en la casa donde la imagen permanecerá los días santos. La bajada del trono-anda, que sigue realizándose como en los inicios de la Hermandad, es contemplada por numerosos fieles que asisten un acto en el cual se mezcla el riesgo con el cariño y el fervor de los cofrades.